miércoles, 30 de mayo de 2018

Digesta-01



-“Capitán Brown, diríjase inmediatamente a la Nave Disgesta-01” “Repito, capitán Brown, diríjase...” Ahí estaba, la voz de Claire, la chica más simpática de la base, sonando a un alto volumen por megafonía. Estaba nervioso. Muy nervioso. Iba a entrar en esa nave e iba a disminuir. Sería tan pequeño como una pepita o una semilla, y no sabría si saldría con vida, ya que podría perder la conexión con la base o quedar atrapado en algún rincón del organismo.
Ahora estoy frente a la nave. Es bastante grande, parece mentira que vaya a ser tan pequeña en apenas cinco minutos.
-Capitán, es la hora.
Observé a John, mi ayudante y fiel compañero, con un aspecto seguro y confiado, pero en mi mirada podía verse que estaba aterrado. Miré la nave por última vez y, con paso firme, entré a ella. Pensé que John iba a venir conmigo, pero no lo hizo. La puerta se cerró en un abrir y cerrar de ojos. Estoy solo. Dentro de ésta hay una gran cantidad de botones y palancas. Tantos, que no puedo contarlos. Uno, dos, tres, cuatro... creo que es inútil. Justo en el centro de la mesa de control, donde se encuentra mi asiento y los mandos principales, hay un altavoz y una pantalla. Está apagada. Supongo que a través de ésta veré el recorrido.
-Capitán Brown, va a empezar a disminuir en un minuto, le avisaremos para la cuenta atrás. ¡Mucha suerte!

Ahí estaba la voz de Claire otra vez por el altavoz. -Tranquilízate Paul, va a ser una experiencia única e increíble. Trataba de convencerme a mí mismo, pero estaba nervioso y asustado. De repente, cortando mis pensamientos, una luz roja del techo se encendió y el altavoz sonó de nuevo.
-Diez , nueve, ocho, siete... La cuenta atrás había empezado. -Tres, dos, uno, ¡cero! Efectivamente, empecé a disminuir. Todo a través de la pantalla se veía enorme.
-Muy bien Brown, ya está todo listo. Ahora vamos a introducirle en un bocadillo de longaniza para poder ser ingerido. Suerte y... ¡Disfrute!
Vale, ya estoy en el bocadillo. Ups, he notado una turbulencia, creo que el individuo lo ha cogido. Da un mordisco y... ¡Madre mía, estoy dentro! ¡Estoy en la boca! Hay muchos movimientos, creo que está masticando. ¡Sí! Ahí veo los molares y los premolares triturando el alimento. ¡Vaya! La lengua es muy juguetona, está mezclando todo y se entorpece la visión. ¿Por qué está todo tan húmedo? Ah claro, es la saliva actuando sobre el almidón, es decir, sobre el pan del bocadillo gracias a una enzima llamada amilasa. Y ahora se crea el bolo alimenticio del que formó parte y comienzo a descender. Menos mal que la epiglotis hace su trabajo y no me desvío de mi trayectoria.
-Capitán Brown, ¿qué tal el viaje? Ahora va a pasar por el esófago, tenga cuidado con las turbulencias.
-Gracias, lo tendré en cuenta.
Claire no se equivocaba, el bolo alimenticio y yo avanzamos por el esófago gracias a los movimientos peristálticos. Y menudo mareo, como se nota que es una digestión mecánica. Tras veinticinco centímetros de puro movimiento y golpes, llego al cardias, esfínter por el que paso al estómago. Espero que el proceso de digestión sea tan interesante y emocionante como estudié.
Puedo observar cómo las células de las paredes internas del estómago segregan el jugo gástrico. Está compuesto de pepsina, por lo que atacará a la carne del bolo alimenticio. Estoy deseando ver cómo se fragmenta.

-¡Capitán Brown, tenemos un problema!
-¿Cómo? ¿Qué ocurre?
-Al parecer el individuo que le ha ingerido es celíaco, y el pan contenía gluten. ¡Está usted ante un vómito inminente!
Me quedé en blanco. ¿Y yo qué hago ahora? Supongo que prepararme para la expulsión. Espero sobrevivir. Respiro hondo una y otra vez.
Recibo un fuerte golpe a causa del jugo gástrico que vi anteriormente, y salgo al exterior a una velocidad de vértigo.
Por los golpes y el mareo, estoy un poco inconsciente. Escucho a lo lejos algo por el altavoz, no entiendo muy bien lo que dice. Abortar misión, creo.
Cierro los ojos. Por suerte, cuando los abro, todo a mi alrededor es de tamaño normal.
-Capitán Brown, espero que estes bien. Sentimos nuestro despiste. La próxima misión será dentro de dos semanas. Recupérate.
-Gracias John, siento haberos fallado.
Estaba deseando empezar la nueva misión y poder completarla con éxito. Os ha informado:
Paul Brown.






Andrea Nogueras.





miércoles, 23 de mayo de 2018

LOS VENGADORES

Ha llegado el momento de hablar de la película más esperada por los fans del universo cinematográfico de Marvel, Infinity War.

¿Qué se puede añadir a parte de que es asombrosa? Comencemos por decir que una vez más Marvel ha sabido asómbranos a todos coordinando perfectamente acción, comedia, drama y una historia interesante, consiguiendo así ser la película más taquillera superando a éxitos como Star Wars, Harry Potter, El Señor de los Anillos...

Siempre se había criticado a los sucesivos directores de Marvel de que ninguno se atrevería nunca a matar a nuestros tan queridos personajes. Respecto a este punto, los directores de esta entrega han demostrado desde el principio de la película que cualquier personaje sea amado o no, puede ser asesinado. Este hecho hace que el público no pueda despegar los ojos de la pantalla ni un solo solo instante. En cuanto a efectos especiales y a la edición de post producción la película por nuestra parte recibe otro diez, con escenas espectaculares de acción y con unos personajes digitales fieles a los cómics.

El único defecto a sacar son las excesivas tramas que se suceden al mismo tiempo en distintos lugares, hay algunas que son necesarias y entretenidas, pero otras que no aportan gran información al espectador y que se hacen aburridas. Aun así, la película se hace divertida y emocionante hasta el final, concluyendo con un “Easter egg” después de los créditos como todas las películas del universo Marvel. 


En conclusión, si eres fan de los vengadores y de los cómics de Marvel, no te puedes perder esta gran película que como valoración personal recibe las cinco estrellas.



Pablo Berdie y Juan Pinedo

miércoles, 2 de mayo de 2018

LA QUEMA DE LIBROS

30 de Enero de 1933, Berlín, Alemania:

Apagué la radio con una mueca de consternación por lo relatado en el informe nacional, no se oía nada más en la habitación a excepción de mis suspiros. Así fue durante un largo rato en el que aproveché para organizar mis pensamientos y plantear una solución, pero no me dio tiempo a nada de eso. Abajo en la calle se oían personas gritando y marchando. Los pasos se intensificaron y oí como varios individuos entraban en el portal y subían por las escaleras destrozando todo a su paso.


Entonces llamaron a mi puerta y me dirigí para abrirla, pero antes de ello intenté tranquilizarme para no mostrar preocupación. Tampoco tuve tiempo de eso, ya que volvieron a llamar a la puerta con más fuerza, finalmente abrí.

-¡Heil Hitler!. Me respondieron todas las voces al unísono.

Al otro lado de la puerta se encontraban cuatro muchachos vestidos con el uniforme del partido nazi.

-¿Qué queréis chicos?

-Lo que debe darnos es una explicación señor Frisman, usted siempre comentaba que este día no llegaría, me temo, para usted, que ha llegado. Respondió el mayor de los chicos.

-Siempre se ha postulado como un socialdemócrata y ahora todos los partidos han sido prohibidos. Tenga cuidado, le estaremos vigilando. Dijo otro chico.


Dando por zanjada la conversación los cuatro chicos bajaron las escaleras cantando el nuevo himno del Estado. Así era ahora la realidad alemana, nacionalismo y orden a través de la violencia, la opresión y el miedo.

No puede reaccionar ante aquellos chicos y me vi obligado a apartar mi orgullo y a volver a mi desolado sillón, pero antes de sentarme sonó el teléfono y me vi obligado a contestar. Era mi hermano, lo noté nervioso por el tono y la rapidez con la que hablaba, pero aun así lo entendí:

-Alexander, han saqueado mi librería esas bestias fanáticas, la han desvalijado completamente.

-¿No has avisado a la policía?. Pregunté.

-Claro que lo he hecho, pero me han respondido que los libros que me han quitado están prohibidos por no correctos con la cultura alemana y que por tanto se emplearán en el desfile de esta noche.

-¿Qué desfile? Bueno, da igual en diez minutos estoy allí y pensamos algo.

-De acuerdo, gracias hermano.

Colgué el teléfono y me dirigí al perchero a por mi chaqueta, una vez con puesta salí por la puerta sin siquiera cerrarla, mi hermano y sus hijos dependían de los humildes ingresos de esa librería que les daban para comer y vestirse.

Comenzaba a oscurecer cuando salí a la calle, aunque seguía habiendo mucha actividad en la calle. No me percaté de lo que ocurría a mi alrededor, a excepción de que todos los balcones de las fachadas que estaban decoradas con la cruz gamada, nueva bandera nacional.

Me presenté puntualmente en la librería de mi hermano, pero desde la distancia se veía el deteriorado. Allí a la puerta del negocio me esperaba mi hermano que se acercó a recibirme.


Estuvimos hablando un rato sobre los hechos que habían sucedido, sin llegar a ninguna respuesta clara. Con todo ello decidimos ir al desfile que se iba a celebrar frente a la cancillería, por lo que cogimos el primer tranvía que llevaba a la avenida Unter den Linden, donde comenzaba la concentración nazi.


Mi hermano llevaba una lista con los libros que le habían requisado y cuando leyó el título del primero, yo lo avisté en una furgoneta junto a otro puñado de libros. Él comenzó a mirar la lista una y otra vez, cuando acabó de leerla se fijó en que todos los libros estaban en ese montón y corrimos para impedir que se los llevasen, pero antes de llegar dos docenas de jóvenes nos adelantaron y rodearon la furgoneta impidiéndonos acercarnos. Cuando los chicos se fueron, no quedaba ni un solo libro. Así que nos dispusimos a perseguirlos hasta una calle, pero fuimos arrastrados por miles de personas con antorchas hasta la plaza de la cancillería.
Allí fuimos testigos de la finalidad del desfile y frente a la pira que consumía vorazmente los libros fui testigo de que lo único que es necesario para que el mal triunfe es que las personas buenas no hagan nada. 

PABLO BERDIE

Digesta-01

-“Capitán Brown, diríjase inmediatamente a la Nave Disgesta-01” “Repito, capitán Brown, diríjase...” Ahí estaba, la voz de Claire, la chi...